Me gusta el aroma,
del pasto recién cortado,
el brillar de las gotitas,
formada por el roció,
acariciadas por el sol;
el bullicio de los pájaros,
el nogal en el fondo,
acompañado por el manzano.
La vieja casa agradecida,
permite que la habite,
volver a vivir,
con el bullicio de las gentes,
la música, los nuevos sueños,
que se suman a su viejas historias.
Desde la pileta,
se observa las sierras,
con ese color verde
mezclado con marrón,
hermoso cuadro,
pintado por Dios,
cautivado por el paisaje,
mi corazón se estremece,
pienso en mis padres,
llenos de orgullo.
Quiera Dios;
poder disfrutarlo,
poder compartirlo,
con los que amo,
porque si no,
toda esa vida se muere,
si no hay vida,
llenando los muros,
los árboles,
las flores,
de ese lugar,
¡mi casa!,
que respira,
esperando así
el nuevo día;
no se por cuanto,
pero espero que sea,
para toda mi vida.
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viernes, 23 de septiembre de 2016
lunes, 19 de septiembre de 2016
Intentando Cambiar
Quiero sacar la tristeza,
con tus besos,
sentirme liberado de ese sentimiento,
tirar la llave en donde abitas,
en la oscuridad del abismo.
Quiero vaciar mi interior,
dejando lo honesto, lo puro,
para llenarlo de amor.
Quiero ver por la ventana,
sentir el calor de la mañana,
disfrutar de las cosas sencillas,
los pequeños cambies de la vida,
para que escape
la angustia de los errores.
Ya libre el crecimiento,
de lo que perdura,
¡tal vez!
en el valle de mi vida;
brote la pequeña semilla de fe,
regada con tan poco amor.
Quiero , que por las noches,
cuando el sueño me doblegue,
estar en paz,
poner mi cabeza sobre la almohada,
cubierto con el descanso reparador;
y al despertar,
recibir el nuevo día,
maravillarme de lo creado
con amor y fe.
¡La fe!
que todo lo mueve,
¡la fe!
que todo lo logra;
dejando las ambiciones de algo más;
cuidando el disfrute de lo logrado.
con tus besos,
sentirme liberado de ese sentimiento,
tirar la llave en donde abitas,
en la oscuridad del abismo.
Quiero vaciar mi interior,
dejando lo honesto, lo puro,
para llenarlo de amor.
Quiero ver por la ventana,
sentir el calor de la mañana,
disfrutar de las cosas sencillas,
los pequeños cambies de la vida,
para que escape
la angustia de los errores.
Ya libre el crecimiento,
de lo que perdura,
¡tal vez!
en el valle de mi vida;
brote la pequeña semilla de fe,
regada con tan poco amor.
Quiero , que por las noches,
cuando el sueño me doblegue,
estar en paz,
poner mi cabeza sobre la almohada,
cubierto con el descanso reparador;
y al despertar,
recibir el nuevo día,
maravillarme de lo creado
con amor y fe.
¡La fe!
que todo lo mueve,
¡la fe!
que todo lo logra;
dejando las ambiciones de algo más;
cuidando el disfrute de lo logrado.
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