el viejo nogal,
fue escenario de un ensayo coral.
Un grupo de cotorra alborotada,
se pusieron a cantar.
La más grandota les decía,
hay que afinar,
no tienen que gritar.
Dos tordos que pasaban
observaban,
sin molestar.
La paloma majestuosa,
con voz firme decía:
hay que volver a comenzar.
El cardenal intranquilo,
caminaba de aqui para allá,
mientras repetía:
no va estar listo,
para la misa dominical.
El pájaro carpintero;
practicaba sin parar,
para conseguir el compas,
en el medio del bullicio
se escuchaba su tac....tac.
Así pasaba el tiempo,
en el viejo nogal,
hasta que un ruido imprevisto,
los asusto
y se pusieron a bolar,
terminando de esa forma,
el ensayo coral.