Estoy preso en mis pensamientos,
quien me puede rescatar,
por más que quiera escapar,
no encuentro el final de las rejas.
Es la prisión perfecta,
la que tu mente fabrica,
donde todo se agranda,
donde todo se achica
y no dejas,
de pensar;
aun que salga ha caminar,
la prisión me acompaña,
donde quiera que valla,
a mi lado siempre esta,
por instante me le escondo
con hermosos pensamientos,
pero al doblar la esquina,
ella me vuelbe ha encontrar.
¡Saben! no hay que tratar de escapar,
soló hay que solucionar,
de a poco los problemas,
y así la condena pagar,
la mente podrá descansar,
abriendo todas las rejas,
y al fin, libre estarás.
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