Suena el despertador,
son las cinco de la mañana
me levanto, voy al baño
a lavarme la cara,
me pongo, la camisa,
luego el pantalón
camino a la cocina,
siempre pensando en voz.
No hago otra cosa que pensar en ti
y tú durmiendo en la cama.
Caliento el agua lleno el termo,
para que desayunes por la mañana.
Yendo al trabajo,
ofrezco mi rezo
y en la oración, por ti,
estoy pidiendo.
No hago otra cosa que pensar en ti
y tú no me dices nada.
Estás dentro de mí,
tanto de noche,
como de día,
tanto amor,
me hace perder la calma.
No hago otra cosa que pensar en ti
y tú me haces perder el alma.
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